sábado, 9 de febrero de 2008

La Leche de Vaca

Por muchos años he estado completmente opuesto al uso de la leche de vaca por nosotros los humanos. Inclusive, mis últimas dos hijas, nacidas en 1992 y 1996, no se les dio leche de vaca y se han criado llenas de salud, ávidas de cuerpo y mente y con huesos resistentes.

Anoche tuve una experiencia y una vez más pude comprobar un hecho que la mayoría de nuestra gente en gran parte del mundo todavía no puede entender, y es que la leche de vaca es para los becerros y no para nosotros. Por vez primera pude quedarme cuidando una nietecita de seis meses de edad. Las primeras horas de la noche la pasó incómoda, llorando y quejándose de todo y por todo. Ya me habían dicho que ella casi no dormía, que se despertaba constantemente durante la noche. A eso de las 8:00 pm vomitó la leche que se le había dado, lo que también era común en ella y la receta común ha sido cambiarle la leche, pero parece que de una leche a otra no ha resuelto ningún problema. Leí el contenido de la leche que se le está dando ahora y vi que para su formulación están usando la proteína "caseína" proveniente de la leche de vaca. A este punto pensé que debería tratar mi teoría con ella no dándole leche aunque sabía que ella estaba hambrienta. Fui a la cocina y puse a hervir media tasa de arroz en una dos tasas de agua. Le eché un poquitito de sal y luego lo colé. Le eché al biberón unas seis onzas con una cucharadita de azúcar y se lo presenté a la bebé, tibiecito. En medio del lloro y el malestar que le invadía se tomó dos onzas del sumo de arroz y enseguida se durmió. Dos horas más tardes, a las 10:30 pm, se despertó brevemente y se tomó tres onzas más. Se durmió de nuevo y no se despertó hasta que la vinieron a buscar a las 2:30 de la madrugada. Estaba callada, se sentía bien. El papá no podía creer cuando le dije que llevaba seis horas durmiendo.

Quizás esto haya sido una casualidad, lo dudo. Para cerrar mi punto con este conflictivo producto y exponer mis creencias un poco más allá de la duda y el desconocimiento de la gente, por no decir ignorancia, a continuación voy a escribir para el conocimiento de mis lectores algunos fragmentos de artículos publicados en libros, revistas y periódicos durante los últimos 10 ó 12 años con relación a la farsa de la leche de vaca:

I. "Vinculan la leche con la diabetes" Publicado en el periódico El Nuevo Día, Puerto Rico, 13 de octubre de 1996. "Hasta ahora nadie había conseguido demostrar la validez de esta hipótesis. Por el contrario, los estudios que se habían llevado a cabo habían dado resultados contraditorios. Sin embargo, el nuevo trabajo que acaban de publicar el doctor Paolo Pozzilli y sus colegas en la Universidad de Roma en "The Lancet" parece haber proporcionado las mejores pruebas obtenidas hasta la fecha de que, en efecto, una exposición temprana a la leche de vaca puede desencadenar diabetes".

II. "La leche: El veneno seductor" Publicado en la revista Tu Salud, Puerto Rico, diciembre 2001. "La leche dista mucho de ser el alimento perfecto que se creía. Los brotes epidémicos de enfermedades como el Síndrome de Creutzfeldt-Jakob (la versión humana del síndrome de la vaca loca), y los conocidos casos de muerte súbita que sesgan la vida de miles de niños en Occidente cada año, son algunas de las muchas razones que deberían alertarnos con respecto al consumo de la leche de vaca".

III. "La decepción de la industria lechera" Publicado en el libro "The Wellness Revolution" (La revolución del bienestar), por Paul Zane Pilzer. New York, Edición del 2002, página 81. "La leche y los productos de la leche son los principales contribuidores a una industria de la enfermedad que está en unos 1.5 trillones de dólares anuales. La leche causa alergias, problemas estomacales, obesidad, cáncer, enfermedades del corazón, enfermedes infecciosas y osteoporosis".

IV. "El lado oscuro de la leche" Publicado en el periódico El Nuevo Día, Puerto Rico, 24 de enero de 1999. "La leche de vaca es especificamente adaptada a la sangre y a la composición química del cuerpo del becerro. El crecimiento rápido de su cuerpo y el pequeño cerebro de un becerro, requieren nutricionalmente cosas distintas al ser humano cuyo cuerpo crece y madura lentamente, vive mucho más tiempo, y su cerebro es el más rápido que crece y el más desarollado de todas las especies".

V. "Entonces está la leche" Publicado en el libro "The New Nutrition" (La nueva nutrición) "Medicina para el nuevo milenio" Por Dr. Michael Colgan, Vancouver, Canada, 1995, página 60. "La leche de los animales fue designada por una mano milagrosa que guía la naturaleza especificamente para nutrir sus criaturas, no adultos humanos. A medida que crecemos, perdemos mucha de la abilidad para producir la encima lactosa, que digiere la lactosa de la leche. Tres de cada cuatro adultos tiene cierto grado de intolerancia a la lactosa".

VI. "La leche de nuestra especie" Publicado en el periódico El Nuevo Día de Puerto Rico, 31 de enero de 1999. "La magnificiencia exquisita de la naturaleza es maravillosamente perfecta para que entonces nosotros tengamos la arrogancia y el descaro de intentar mejorarla. La leche de cada especie es únicamente beneficiosa para esa especie. ¡Así es la naturaleza! Por eso es que dos cosas son obvias para todo mamífero en la tierra, excepto para nosotros:
1. Los animales, en circunstancias normales, no consumen las leches de otras especies. Eso significaría violar su adaptación biológica, y no lo hacen. La excepción son los animales domésticos o animales en cautiverio, los cuales hemos logrado pervertir de la misma manera que a nosotros mismos.
2. Una vez destetado, ningún animal vuelve a consumir leche. Es el alimento diseñado por la naturaleza para alimentar a los pequeños de la especie. Es un error el insistir que continuemos tomándola después de la infancia. ¿Acaso se supone que cuando la madre termina de amamantar, las vacas deben tomar su lugar? ¿Cómo es que la especie con el cerebro más sofisticado, con la mayor inteligencia, y con la habilidad única de razonar, es tan densa para ver esta simple verdad?".

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