domingo, 10 de febrero de 2008

La Decadencia de la Poesía

Por los útimos 40 y tantos años, desde que tengo conocimientos de la poesía y de la vida literaria, he notado un constante decaímiento y pienso que es más en la poesía que en cualquier otro género literario. En mi desagrado por la visualización de lo que acontece a mi alrededor, he hecho ciertos análisis y comparaciones y sé que hay muchas razones para que ello suceda.

Ojeando algunas de las críticas que han hecho otros, veo que cada cual dice algo diferente al respecto y todos ellos tienen razón en lo que dicen. Entre esas críticas, con la que más estoy de acuerdo es una que dice que los poetas escriben solamente para los poetas, y sé que en ocasiones yo he sido culpable de eso también. Empezando por el modernismo que nos mantiene ocupados con toda su sofisticación electrónica, el consumerismo y hasta el grado de pobreza económica donde se encuentran enterradas nuestras masas, todo nos afecta. La evolución general de los pueblos ha dado cambios enormes pero estos cambios deberían ser savia adicional para la inspiración y en vez de deteriorarse la poesía, debería hacerla florecer.

La realidad es que la poesía se ha convertido en un embalaje. Cada escritor busca en el diccionario las palabras que nadie usa para crear algo distinto, mientras que ponen muy poca atención a la rima y a la métrica que por siglos han sido las que han dado belleza y armonía al pensamiento rústico. A este punto es bueno tratar de establecer una diferencia entre la poesía y el poema. Me parece que es fácil diferenciar el uno del otro ya que el poema es la escritura en versos rústicos, sin pulir, como sale del alma. En cambio, la poesía es una forma más artística porque a esos versos rústicos hay que buscarle medida y cadencia. Para que sea una poesía tiene que haber un orden, armonía y balance. Este simple ejercicio es una de las grandes fallas de los escritores de hoy, muchos poemas pero pocas poesías. La metáfora y otras herramientas literarias, pensé que se usaban para dar color y lucidez a las palabras sencillas expresadas. Mas, estamos viviendo en una era completamente metafórica donde hay que buscar palabras sencillas para desoscurecer las ideas o pensamientos que se encuentran escondidos.

Hay muchos letrados que se enorgullecen en llevar una enciclopedia en la cabeza. Yo pienso como el famoso Henry Ford, quien decía que al cerebro hay que mantenerlo lo más libre posible porque la función principal de éste era la de hacer decisiones, y no un sitio de almacenamiento. No hay nada malo en conocer pero se hace gran daño cuando no conocemos a quienes nos quieren conocer. Nos encerramos en un mundo sólo de nosotros, en un mundo abstracto cuya luz se queda en el interior de nuestros cuerpos.

Hoy, es hasta difícil encontrar una editora que quiera publicar un libro de poesías. Hay temor porque no hay ventas. El pueblo no quiere comprar un libro para el cual ni aún el diccionario les puede ayudar a enterderlo. Aunque siga siendo la mayor expresión del alma, sin la aceptación del pueblo la poesía es como una flor sin sustento diario; sin agua, sin aire, sin tierra. Y como mencioné anteriormente, se convierte en un embalaje, en un género vacío. Hasta los declamadores que tanto auge dieron a la poesía tres o cuatro décadas atrás, no se atreven a interpretar lo que escribimos hoy. Aquellos que aparecen se dedican a declamar mayormente las poesías del ayer.

Al mundo, hoy más que nunca, le hace falta un resplandor como pudo ofrecer la poesía por cientos de años. A través de todos nuestros países hispanos hay muchos buenos pensadores que deberían ser menos orgullosos de los finos y abstractos pensamientos y ser más sensitivos con las necesidades de pueblos sedientos por entendernos.

2 comentarios:

Rosa Silverio dijo...

Hola, Marcos.

Un comentario muy lúcido y atinado con el que estoy de acuerdo.

Para mí la poesía es el género por excelencia, fíjate que incluso las grandes obras maestras de la literatura como son La Ilíada, La Odisea y Beowulf son poemas épicos.

Lo que ha cambiado no es el esplendor de la poesía, sino de sus ejecutantes y del mercado. La poesía sigue estando allí, como uno de los géneros más puros, pero hoy en día eso no es lo que vende, no es lo que está de "moda", ya pasó su "época de oro", ahora lo que gusta es la narrativa y es lo que se publica, lo que se le oferta al lector.

Si de por sí publicar es una tarea difícil, publicar poesía es una tarea titánica o casi imposible porque no hay editorial que se interese en tu material.

Por otra parte, estamos los poetas. Coincido con tu crítica en que para algunos la poesía mientras más oscura y hermética "más buena" es. Y eso no es más que otro mito, patraña.

Como bien señalas, las figuras literarias son recursos estilísticos para darle fuerza y vivacidad a la idea, para darle una connotación más elevada al verso, pero no para ocultar ni tragarse lo que se quiere decir con una maraña de metáforas absurdas, de palabras rebuscadas que parecen sacadas de un diccionario.

La poesía debe ser diáfana, transparente, y la sencillez no es un pecado, todo lo contrario. Hacer un poema rebuscado y complejo es fácil, pero para escribir un poema sencillo y al mismo tiempo bien logrado hay que tener dominio del oficio.

Gracias por compartir tu reflexión con nosotros, Marcos.

Marcos A. Cabrera dijo...

Gracias Rosa por tu comentario y me alegro que estés de acuerdo conmigo en mucho de lo que escribo. Muchas veces yo mismo he caído en ese error y luego yo mismo me espanto de lo que escribo. Aunque cada cosa tiene su lugar. Sigue hacia adelante.

Marcos